lunes, 1 de septiembre de 2014

Camino a Linux: o de cómo diantres meto yo eso en el computador iii: la selección de arranque

En la entrada anterior hemos visto las posibilidades para arrancar el sistema, bien para los equipos con la BIOS tradicional bien para los equipos con las más modernas UEFI. Pero ¡ni una sola palabra de cómo seleccionar lo que queremos arrancar!

Lo de siempre...


Desde hace ya décadas es posible seleccionar el orden de arranque de los dispositivos de un computador, siempre y cuando, naturalmente, la BIOS (o UEFI) lo soporte. Las más antiguas soportan simplemente arrancar desde disquetera o disco duro, mientras que las más modernas pueden arrancar desde la red, USB, DVD y otros dispositivos menos comunes. Para ello, basta con acceder a la utilidad de configuración de la BIOS/UEFI, establecer el orden en el que se debe de intentar arrancar, guardar los cambios y reiniciar.

¿Cómo acceder a dicha utilidad? Bien, como tantas otras cosas, varía de una a otra utilidad de configuración. Muchas se arrancan pulsando la tecla suprimir (Supr), mientras que otras necesitan que se pulse la tecla de función F2. Y alguna utilidad de configuración puede ser más exótica y requerir otra tecla distinta. Algunos portátiles (por ejemplo, de HP) disponen de un menú que se muestra al pulsar la tecla ESC y que permite seleccionar otras opciones.

Podemos llamar algo así como "sesión BIOS" el tiempo en que nuestra BIOS/UEFI ejecuta sus chequeos y establece sus configuraciones. Antes la mayoría de los datos (memoria RAM disponible, discos...) se mostraba, pero ahora es más habitual poner algún dibujo o logotipo. En cualquier caso, dicha sesión puede ser relativamente breve, lo que hace que arrancar la utilidad de configuración de la BIOS no siempre sea tan trivial como parezca: en unos casos podemos apresurarnos tanto que la BIOS aun no haya detectado el teclado, mientras que otras veces podemos demorarnos lo suficiente para que la BIOS haya cargado ya el arranque del sistema operativo, aun cuando nosotros aún estemos viendo el logo de turno. En mi caso suele funcionarme pulsar varias veces la tecla de turno a intervalos regulares, por las dudas. Sea un logo o sea la información del sistema, en la parte inferior de la pantalla se mostrarán las opciones que hay, simplemente hay que estar atento (y quizás reiniciar un par de veces para poder leerlas todas correctamente).


Una utilidad que incluyeron las BIOS desde hace bastante tiempo y que ahora también incluyen las UEFI es el menú de arranque. Este menú permite seleccionar cualquier dispositivo (disponible para la BIOS/UEFI) desde el que arrancar, con independencia del orden de prioridad prefijado en la configuración. Así, el menú se muestra al pulsar la tecla correspondiente, de forma análoga al inicio de la utilidad de configuración y siguiendo las mismas prevenciones que para ella. Por ejemplo, los portátiles HP suelen desplegar este menú tras pulsar F9, mientras que las placas base de Asus pueden usar F8 (que es la misma tecla que muestra el cargador de arranque de Windows, lo que en algunas situaciones puede inducir a confusión). Otro ejemplo, las placas Gigabyte que muestran la utilidad de configuración en F2 pueden arrancar con F2.

... Y lo moderno...

Hasta aquí todo resultaba relativamente sencillo. Es decir, tendemos a tener pocos computadores, o incluso solo uno, así que recordar cómo se arranca desde DVD en nuestro portátil no tiene por qué ser demasiado exigente. Además, muchos equipos ya vienen configurados de fábrica para que el primer dispositivo desde el que traten de arrancar sea el DVD, y en los equipos con menos de diez años arrancar desde un pendrive solamente exige el esfuerzo de buscarlo en el menú antes mentado, además de un poco de atención para pulsar la tecla que despliega dicho menú en el momento correcto.

EFI y el Secure Boot complican ligeramente la situación. Ya no basta con que la BIOS esté configurada para que arranque desde DVD para que efectivamente arranque desde DVD, como hemos visto en la entrada anterior. Es sistema EFI sólo acepta dispositivos EFI, mientras que el sistema legacy o compatible (CSM) no arrancará dispositivos EFI. Así, si uno tiene Windows 7 lo ideal es usar el modo compatible, mientras que con Windows 8 es mejor usar el sistema EFI. Nótese que, como he comentado en otras entradas del blog, un DVD original de Windows 8 puede que no seas capaz de arrancarlo en un sistema que solamente use EFI. En el caso de los portátiles con Windows 7 preinstalado, pueden usarse ambos modos.

Es tentador activar simplemente el modo compatible para cualquier eventualidad, y por sí mismo no ofrece ningún problema. Lo malo es que después hay que prestar atención para que los efectos no sean indeseados. Por ejemplo, puede no ser buena idea instalar Linux en un sistema con Windows 8 en modo "legacy".

¿Y qué hay de Windows 8 y su secure boot? Bien, por fin si grabas algo en el arranque de Windows no podrá ejecutarse sin permiso, incluso si es un virus. Eso significa que sí que es cierto que esta característica responde a una carencia técnica del sistema operativo. Claro que habría estado mejor algún sistema de control de acceso tipo lo que hace Linux, pero el mundo (del dinero) es así. Secure boot hace que UEFI compruebe que el sistema a arrancar dispone de una clave autorizada (por Microsoft, por supuesto). Si lo que quieras que vayas a arrancar dispone de una, no tendrás problemas, pero si no la tiene por cualquier razón el sistema se lo impedirá. La mayor parte de equipos con UEFI pueden ser configurados para que ignoren esta característica, una forma de lavado de conciencia por parte de los fabricantes, que saben que implementar estupideces por las necesidades de otras empresas a medio plazo no es buena idea.

... para al final...


Con todo esto, encendemos el equipo y pulsamos la tecla para seleccionar el medio a arrancar: CD/DVD si lo que tenemos es un CD/DVD, USB-disk para un disco conectado por USB (incluso para los pendrives), etc. Una vez que hemos arrancado nuestro medio de instalación, todo es más sencillo, o al menos es más fácil encontrar documentación al respecto. Se cargará el sistema de arranque del medio de turno, en función del contenido de dicho medio: una distribución Linux generalmente cargará grub2-efi o grub2, para el caso de que estemos o no usando el sistema EFI. Pese a todas las profecías y las esperanzas de Microsoft, la mayoría de distribuciones arrancarán bien en cualquier equipo. Como he dicho, más fácilmente incluso que el propio Windows.

Todo esto está muy bien, pero necesitamos tener un medio que arrancar, sea un live-DVD para probar una distribución sin cambiar nada realmente o bien un CD o pendrive con lo necesario para instalar a través de la red. De esto hablaremos en la próxima entrega.

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